Historia

La primera cultura que marcó el devenir del territorio fue la romana, de la que aún se conserva un tramo de calzada perteneciente a la Vía de la Plata

En el siglo XIII, el rey Sancho IV el 18 de febrero de 1291 concede un Privilegio Real a El Casar y delimita lo que sería el término el pueblo.

Con el s. XIX llega el liberalismo, la Constitución de 1812 inició la abolición de los señoríos, permitiendo la independencia de muchas aldeas de las villas. Casar de Cáceres deja de depender jurisdiccionalmente de la villa de Cáceres.

Edad Antigua

Los orígenes de Casar de Cáceres son aún hoy desconocidos. Este municipio, como otros muchos de la geografía española, ha sido testigo de numerosas culturas. El territorio por el que hoy se extiende estuvo poblado desde épocas muy antiguas como lo atestiguan los restos de poblaciones indígenas en los alrededores: castro de la Edad de Bronce, conocido como “El Castillejo”; estela funeraria de origen celtíbero (del siglo I a.C.), tumbas antropomorfas (en el paraje de la Jara), piedras talladas y restos de antiguas construcciones que ponen en evidencia el paso de la historia. 

La primera cultura que marcó el devenir del territorio fue la romana, por los numerosos vestigios que se conservan, como la conocida Calzada Romana (iter ab Emerita Asturicam) o Vía de la Plata que que cruzaría el pueblo. Al norte de la población está la Ermita de Santiago Apóstol, y a pocos metros de ella se inicia el camino de Las Barcas por donde se pueden algunos de sus restos hasta el límite municipal. La Calzada con posterioridad sería Cañada Real Soriana-Occidental para la trashumancia, Camino Real de Santiago después y actualmente, la conocida Calle Larga, eje que vertebra el plano urbanístico del pueblo. Los árabes la denominaban “Al-Balata”, que significa camino de plata. También se conservan varios fragmentos de (en la ermita de San Benito y San Blas y en el camino de las Barcas y pozo como el de los Tejares (ubicado en el camino de San Benito y San Blas) o el Canto.

Edad Media

En el siglo XII hay constancia de que era una aldea que pertenecía a la Villa de Cáceres, con un crecimiento considerable en relación a las otras aldeas de las Tierras de Cáceres. En los escritos de la época aparece como El Casar y, como todas las demás aldeas de la jurisdicción de Cáceres, no tenía terreno propio puesto que las tierras eran adehesadas por nobles de la villa, surgen así las desavenencias entre la nobleza y los labradores y ganaderos de El Casar.

En el siglo XIII los habitantes de aquel Casar presentaron sus quejas ante el rey Sancho IV el 18 de febrero de 1291, quién concede un Privilegio Real rodado para que no se pudiera adehesar en media legua alrededor del pueblo. Y este límite (2.786 metros) marcará el primer término municipal de Casar de Cáceres. Este importante hito histórico permitió un auge económico que conllevó un aumento de la población (hasta 900 habitantes, siendo la aldea más poblada de la villa de Cáceres) y un sustancial desarrollo ganadero. Este pequeño núcleo de población también impulsó otras actividades artesanas: curtidores, herreros, cereros, zapateros, vinateros,… Incluso se inicia el levantamiento de la Iglesia Parroquial, sobre los cimientos de una iglesia románica, entre los siglos XIII y XIV.

Edad Moderna

En 1550 se mejora y amplía el hospital de la localidad, conocido como Hospital de San Juan de Letrán, tal como queda reflejado en el testamento de D. Rodrigo Pérez “el Arcediano”, sacerdote oriundo de Casar de Cáceres que ejerció en América hasta su fallecimiento. El hospital era una obra pía destinada a los más pobres y peregrinos que hacían el camino de Santiago. Con parte de la herencia del «Arcediano», Casar de Cáceres pudo también construir un “pósito de granos”, inmueble que aún se conserva en la calle Larga, junto al Ayuntamiento, y que tiene en su fachada de granito el escudo de ‘las llaves’.

En el siglo XVI, con el aumento de la población, la Iglesia Parroquial se rehabilitará y se construirá una parte nueva, dotándola de capilla mayor y torre.

En el s. XVIII, Casar era la aldea con más población del Partido de Cáceres con 1200 habitantes, contando con 670 casas que se distribuían entre 12 calles principales y 5 secundarias. La dedicación principal de sus terrenos era la agricultura (cereales, olivares, viñas y frutales,…) y la ganadería (ganado lanar, vacuno, porcino, principalmente). Los oficios más comunes eran: jornalero, zapatero, tejedor de paños y lienzo, calderero, labrador, herrero, arriero, albañil. etc. En esa época existían 5 molinos harineros, 8 tahonas, 4 hornos de cocer pan y 3 mesones. El pósito de granos sigue situado en la misma casa que en el siglo XVI.

En 1749 se construye el edificio del actual Ayuntamiento.

Edad Contemporánea

Con el s. XIX llega el liberalismo y la Constitución de 1812 se inició la abolición de los señoríos, permitiendo la independencia de muchas aldeas de las villas. Casar de Cáceres deja de depender jurisdiccionalmente de la villa de Cáceres y su ayuntamiento es autónomo.

El ministro Pascual Madoz elaboró el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, que se editó en Madrid en 1847. Esta obra nos permite conocer que Casar de Cáceres tenía 1100 habitantes, 850 casas, 17 calles, varias posadas, tiendas, y 7 escuelas (4 para niños y 3 para niñas). Señala que la agricultura sigue siendo importante. Documentó también 10 tenerías, 40 zapaterías, 3 lagares de aceite, 3 molinos harineros, 5 talleres de sillas, y 7 telares de paños (los telares de paños en Extremadura iniciaron una pequeña revolución industrial en la región que se vio frustrada por los modernos telares catalanes).

En 1899, el Gobernador Civil nombra al primer alcalde. Juan Tovar Andrada, todavía sin una elección democrática. En 1930 las elecciones son por sufragio censitario (sólo votan los hombres con gran poder adquisitivo) y se elige a Adrián Blasco Bejarano. No será hasta 1979 cuando la población casareña vote libremente siendo el primer alcalde democrático José Cortés Ojalvo.

La primera mitad del siglo XX fue dura y complicada para la población de Casar de Cáceres. El trabajo escaseaba, las condiciones sanitarias eran  inexistentes, se generan conflictos por el poder y llega la dura Guerra Civil que trajo una dictadura de silencio para los del bando perdedor y poder para los ganadores.

La primera mitad del s. XX la vida casareña era monótona: en el trabajo del campo, en el acudir a la escuela los niños y las niñas, en sus juegos, en el quehacer diario de menores, madres y padres,… hasta la llegada de la emigración, por los años 60, que trajo la modernidad (agua potable en las viviendas de la Calle Larga, en las “Casas Nuevas” –Calle San Benito, Calle San Blas,…-, Plaza de Toros, y Plaza de la Llanada; recogida de la basura), y el desarrollismo económico. Tras el fallecimiento de Franco se implanta la democracia, que permitió las libertades que conocemos, y la expansión de Casar de Cáceres.